Música para volar

27/3/09

No es lo mismo y sin embargo ES.

16/3/09


Saltó de rama en rama, de laguna en laguna, de silencio en silencio y aterrizó sobre mi hombro desnudo abierto a la imensidad del campo primaveral. Era fácil reconocer que de él se trataba, pues conservaba esa dulzura de niño al caminar y la delicadeza con la que uno trata a los recién nacidos. Estaba esperándolo. De hecho siempre lo había esperado y tenía la certeza de que algún día vendría por mí para llevarme. Desde niña tuve esa intriga fulminante al pensar en aquello, y he contado los días con ansiedad sin saber que hoy era el elegido. Estábamos allí, en el medio de la nada, bajo el cálido sol y el canto de los pájaros inquietos. No estaba nerviosa, confiaba en él.
Sorpresivamente, casi por impulso, con un gesto inerte tomó mi mano y me llevó impaciente a través de los álamos hasta llegar.
-Heme aquí.- Dijo, complacido consigo mismo.
-¿Cuánto falta? - Pregunté algo confundida.
-Hemos llegado, pensé que estaba claro.- Respondió.
-Esto es estúpido.-Reproché.
-Inesperado, querrás decir. No es lo mismo que estúpido. Estúpido es algo irremediablemente sin sentido. Pero todo puede cobrar sentido ahora. Depende.
-Estoy confundida.
-Todos lo estamos, y sin embargo seguimos a la manada. No importa hacia donde vayan, o cómo acaben, lo hacemos porque es lo supuesto, es lo que todos hacen, lo cual no significa que esté bien. A veces nos cansamos, pero tenemos la certeza de que debemos seguir corriendo porque si todos lo hacen, a algún lado nos llevará. Bueno, lamento desilucionarte pero no es cierto. Corremos sin razón alguna y hacia ningún lugar, corremos por el simple hecho de que todos corren buscando algo que nunca encontrarán por dos motivos: el primero y fundamental, que no existe; y el segundo, que nunca tendrán tiempo de comprobar que no existe porque nunca se detendrán. Es un sinfín atolondrado en forma de espiral. En cambio ésto, ésto es lo que debe ser y no es. Esto es lo que cuando baja el sol hace brillar el día. Pero no podés verlo, no podés porque al igual que todos, cuando llegue tu momento correrás a la par de ellos, buscando un no sé qué que de nada sirve nunca jamás. Pero como digo, es una lástima que no puedas verlo. Es una lástima que nadie se atreva a verlo y decida correr como hace el inconciente colectivo carente de fantasía.
-Quiero volver, ésto es ajeno.
-Siempre lo supe.