Música para volar

30/9/08


Quand tu es près de moi,
Cette chambre n'a plus de parois,
Mais des arbres oui, des arbres infinis,
Et quand tu es tellement près de moi,
C'est comme si ce plafond-là, il n'existait plus,
Je vois le ciel penché sur nous... qui restons ainsi,
Abandonnés tout comme si,
Il n'y avait plus rien, non plus rien d'autre au monde,
J'entends l'harmonica... mais on dirait un orgue,
Qui chante pour toi et pour moi,
Là-haut dans le ciel infini,
Et pour toi, et pour moi.

Carla Bruni

Todo pierde sentido.

Umbroso camino espera impaciente
que eventuales vestigios de luz no lo alcancen.
El licor derramado sobre el óleo de la existencia
se esparce a cada glándula de tu ser.
- Ya no esperas, ya no eres.
Entonces las palabras yacen en el ataúd,
cubiertas por un sudario abstracto, perpetuo.
Los sustantivos se hunden en el café,
cociendo jeroglíficos absurdos.
- Entonces todo pierde sentido.
Arcaicos adjetivos que una vez pronunciaste,
se escapan por los cerrojos de las puertas
-ahora cerradas-.
- Entonces todo pierde sentido.
Aquellos verbos que saciaron tu sed infinita
humedecen ahora la sequía de otros cuerpos.
- Entonces todo pierde sentido.
Constantes ecos te invaden
impulsándote a expulsar la única palabra
por la cual aún conservas un instante de vida.
Finalmente la lanzas:
-Perdón-.

- Entonces todo pierde sentido.



Pamela Pulcinella

Estoy tan cansada del ir y venir de las sombras, de los espacios en blanco sin ningun sentido. Estoy tan cansada del tintero vacío, de las lágrimas espesas que demoran siglos en derramarse. Estoy tan cansada del retorno de mis ecos anunciandome lo irreparable, de los espejos espiralados y de los gestos que una y otra vez se lanzan a la vertiente. Estoy tan cansada de sentir que lo que viene no es sincero, y pronto caerá en el umbral de mis memorias perdidas, dentro de la vorágine que azota mi cabeza. De creer que lo simple nunca es transparente y existe un revés que todo devasta. De perseguir algo efímero que carece de profundidad, para después asustarme y huir despavorida hacia la nada misma. Estoy tan cansada.
Pamela Pulcinella

Metamorfosis.


Despertar ante un abismo
ni efimero ni persistente.
Mover el adoquin de la infancia.
Deshojarse como arbol otoñal
y moverse a merced del viento.
Abrirse a lo inexorable,
soltar lo que amarramos inherentemente:
Desprenderse del niño
y adueñarse del adolescente.
Pamela Pulcinella
Fin de la inocencia.

"Y sobre todo mirar con inocencia, como si no pasara nada, lo cual es cierto"
- Alejandra Pizarnik.

En el segundo último de la infancia
brilla enlutado el autorretrato
de aquel niño que ha sufrido el despojo
de la efímera transparencia infantil.

En sus brazos duerme la noche,
cobija sus sueños rotos
sobre el infinito cielo estrellado
frágil espectro maternal.

La memoria enciende candiles
de indestructibles llamas candentes
atesora los momentos tuyos,
que el mundo que conocias yace bendito
-en la cruel inmensidad.

Quisiera poder ayudarte,
apretando tu mano humeda,
ignorado el perverso mundo,
que tuerce tu vientre pequeño
-y tu pobrísimo cuerpecito inocente.

Rae tus enigmas, pequeño
hay un jardín sin retorno
adéntrate en el inestable sentir
del adolescente que ahora eres.

-Y despréndete del miedo.


Pamela Pulcinella

Será la calma o la lujuria
de aquél instante efímero
la sombra que tiñe la noche
estéril, opaca, pueril.
(inicio el ritual)
Errantes cómplices toscas,
insertan la muerte en la vida,
encierran enigmas raídos
sobre aquel montón de utopías.
(temo perderme)
Lanzan miradas furtivas,
audaces vestigios de misterio,
La sombra acaba perdida
naúfraga de otro hemisferio.
(escapo hacia el umbral)
Se ha ido, es sola
es quieta
es muerte.
La sigo, no puedo.
(y por ello es que muero).


Pamela Pulcinella.

24/9/08


Aún no es ahora
ahora es nunca


aún no es ahora
ahora y siempre
es nunca.




(A Antonio Porchia, de Alejandra Pizarnik)



Han venido.
Invaden la sangre.
Huelen a plumas,
a carencias,
a llanto.
Pero tú alimentas al miedo
y a la soledad
como a dos animales pequeños
perdidos en el desierto.
Han venido
a incendiar la edad del sueño.
Un adiós es tu vida.
Pero tú te abrazas
como la serpiente loca de movimiento
que sólo se halla a sí misma
porque no hay nadie.
Tú lloras debajo del llanto,
tú abres el cofre de tus deseos
y eres más rica que la noche.

Pero hace tanta soledad
que las palabras se suicidan.