Música para volar

25/9/09

Fulgor


Tu mano imperfecta inundada de voces.
La mía reía en un coro infernal.
Yo no sabía que eran nuestras las que se fundían acompasadas en un remolino de uñas encarnándose. Sin embargo sostuve el aliento por temor a perturbar aquel rito desarticulado de manos meciéndose al compás de una música intensa que aplacaba las voces que tus manos vomitaban en cascadas, que a su vez acompañaban la melodía incensurable que tu mano sobre la mía desprendía como grito en la noche de una bestia salvaje.
Tu mano imperfecta inundada de voces.
La mía reía en un coro infernal.

22/9/09













Bariloche de insomnio y luna eterna.
Bariloche de blanco y espesura
debajo de una nube descansás.

El viento, la leve melodía imperturbable.
El agua, cielo que se arrastra aquí y allá.


Mi voz quiere abrazarte y se pierde,
así mis ojos cuando abarcan tu inmensidad.

Acá me veo, al borde de la inexistencia, Bariloche.
Soy una hebra de tu carne.
Nada más.

9/9/09

Desaparecido.


Canta
por detrás del enunciado
la minúscula sílaba
encarnada
del vacío del vacío
que encara ese suspiro
agotado
agazapado infértil
como el minúsculo espacio
que separa tus rodillas
del espasmo inmaculado
entre poesía y realidad.

1/9/09

Verbo


Abstracción desarticulada de
espacios en blanco.
Quemaduras en la piel
de árbol talado.
Escamas fraccionadas desde el llano,
lineal
escurridizo.
Y en la minúscula partícula
de carne
de sed
de ínfima gota de sangre derramada
vomita su voz y su cuerpo
ese suave deseo de estar.