




Bariloche de insomnio y luna eterna.
Bariloche de blanco y espesura
debajo de una nube descansás.
El viento, la leve melodía imperturbable.
El agua, cielo que se arrastra aquí y allá.
Mi voz quiere abrazarte y se pierde,
así mis ojos cuando abarcan tu inmensidad.
Acá me veo, al borde de la inexistencia, Bariloche.
Soy una hebra de tu carne.
Nada más.
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