Música para volar

18/8/10

Pájaro pluma prisión

Lo mismo. Otra vez lo mismo. Yo quisiera saber si algún día de algún mes de algún año ésto va a tocar fondo. Es que la finitud me parece requisito inquebrantable, necesario. Yo no quería eternidad, quería certeza.
CER
TE
ZA
Pero nunca, nunca despacio y nunca feroz y nunca pasivo y nunca falaz surge alguna burbuja de espacio relleno, de carencia cubierta, de inquietud sedada. Yo, siempre yo, quería subir y arrancar los pedazos que me quedaban, que eran mios, como todo. Simplemente subir, tomarlos, amarrarlos y enterrarlos en algún pozo ciego de algún campo en el horizonte desdibujado por la noche abierta. Sin embargo, ante la falta de luz, ante la falta de encuentro, ante la falta de... todo fué una imágen turbia de algún instante corto, o quizás largo, algún retazo infértil de realidad pintada con crayón (luego borrado por la lluvia, por el barro, por el tiempo -nunca inmóvil-), algún párrafo nunca leído por nadie (luego borrado por la lluvia, por el barro, reminiscencia), y algunos vientos errantes de aquellos lugares donde el sol se esconde cuando se aburre y la tierra es fértil y abundante y la gente vive esperando la llegada de algo (como yo) que no tiene nombre ni cara ni cuerpo ni identidad hasta la muerte vespertina, previamente anunciada por ese pájaro que se cansó de volar porque sabe que eso que él también espera nunca va a llegar.

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