
El momento en que la perfección se hace carne.
Ya no soy capaz de encontrarle un sentido perfecto a cada palabra, a cada expresión. He cambiado hasta los mínimos detalles que me convertían en un ser humano. Lo que hoy queda son solo vestigios que jamás podrán volver a conformar lo que fueron. (Aunque espero, inútilmente). No puedo más.
Ya no soy capaz de encontrarle un sentido perfecto a cada palabra, a cada expresión. He cambiado hasta los mínimos detalles que me convertían en un ser humano. Lo que hoy queda son solo vestigios que jamás podrán volver a conformar lo que fueron. (Aunque espero, inútilmente). No puedo más.
Tan complejo ser soy hoy, que me sobran las palabras por no poder adueñarmelas para colocarlas en su preciso momento y lugar. No puedo más.
Así, cada ínfimo recuerdo es un abismo imposible de ignorar, me absorbe (íntegramente) para luego quebrarme, pausada y dolorosamente. Por eso, cada paso es una agonía incontenible que me asfixia. No puedo más.
Nada es capaz de devolver (me). Basta de utopías, basta de esperanzas sin sentido. Simplemente BASTA. (No puedo más).
Algún día, llorarán en silencio con sus trajes negros, y todas aquellas palabras lograrán un sentido tan perfecto, que sepultadas junto con las voces, clamarán por la libertad y el silencio que en vida no pudieron conseguir.
Pamela Pulcinella.
Pamela Pulcinella.
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