
Un vuelco en el estómago. Las ansias de verte. Los nervios, el miedo.
La euforia es ley, es piel. Entonces te veo, te amarro, te sigo. Reímos.
Alivio, calma. Te siento desde siempre, desde nunca.
Vivirme resulta un acto de pura sutileza, casualidad. El mundo se vuelve sencillo, extento. Qué importa.
Quisiera adueñarme del silencio, arrastrarte junto a mi sombra días y noches. Hacer de mi vida la tuya, sonreir y tiritar nerviosa al verte.
Quisiera adueñarme del silencio, arrastrarte junto a mi sombra días y noches. Hacer de mi vida la tuya, sonreir y tiritar nerviosa al verte.
Quisiera palabras exactas, pero lo único que hallo es esta inmensa dicha, esplendor, júbilo. Quisiera poder explicarte todo aquello que recorre mis venas.
Quisiera entera tu sombra, para llevarla junto a la mía, en este día de primavera.
Pamela Pulcinella.
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