Música para volar

17/11/08

Tanta ira, tanta ira enclaustrada en los huesos, que podría con ellas construir una torre lejana, extraer mis venas y hacer una soga que me lleve a la más alta ventana, y desde allí, pálida y cruel, gritar con todas mis fuerzas cuánto odio retengo en mi sangre, y luego lanzarme a la deriva del viento, chocar contra el pavimento y estallar en tantos pedazos como lágrimas he dejado caer.

2 comentarios:

Octavio dijo...

La ira y el odio tienen ese incontrolable poder de destruir. Pero también si se la sabe maniobrar, puede ser una ira credora.
Por suerte los poetas tienen esa facultad de gritar sin sonidos, y escupir toda esa ira en un papel (o en una pantalla); y así, crear.
Crear producciones tan hermosas como la que acabo de leer.
Felicitaciones por ella. Hablamos.

Pido el silencio dijo...

Me embebí de es asensación jaja,lo siento tantas veces y exactamente con esa vorágine y descontrol. me la hiciste sentir en la piel te juro
te quiero mas que mucho, de más está decir
y te e x tr año.